Actualmente los buñuelos se preparan con una mezcla de harina de trigo, huevo, agua, sal y manteca de cerdo, que se deja reposar, se estira y se moldea. Después se fríe y se espolvorea con azúcar, o se baña con miel de abeja o piloncillo.
No hay rincón de México que se escape de los buñuelos: en Baja California Sur, por ejemplo, se preparan con miel de piloncillo y guayaba; en Chihuahua se comen con queso; en Oaxaca se espolvorean con azúcar roja; en Chiapas tienen un fuerte sabor a naranja. Y es así como cada estado le aporta a los buñuelos su toque especial.